La industria turística no sería la que es hoy sin una estrategia de marketing turístico de fondo. Esto es perfectamente aplicable a empresas, alojamientos, destinos, proveedores y otras organizaciones de eventos que están relacionadas con los viajes de empresa.
El objetivo que persigue el marketing turístico es desarrollar estrategias que creen experiencias que abarquen los 5 sentidos. De esta manera, el cliente ve algo más que una excursión por la ciudad o una exposición de cuadros, por ejemplo.
Ya nos podemos vender los típicos paquetes con “todo incluido”. Necesitamos vender experiencias y crear nuevas sensaciones que satisfagan las necesidades del cliente. A todo esto se le suma 2 nuevos aspectos a tener en cuenta desde que irrumpió la pandemia, es decir, la seguridad y la confianza del viajero, factores que debemos introducir en nuestra estrategia de marketing turístico.
Tenemos distintas definiciones sobre marketing turístico. Nosotros hemos optado por la siguiente: “El marketing turístico se encarga de descubrir lo que los turistas quieren, desarrollar los servicios adecuados para ellos, suministrarles la información sobre la oferta existente y darles instrucciones sobre cómo pueden adquirir el servicio”, Díaz Martín.
Thomas Laurell, responsable de personal de Visit Estocolmo, afirma que no basta con atraer a cualquier turista: “No queremos atraer a cualquier persona al destino. Por ello, hemos cambiado las herramientas de marketing turístico para atraer a los perfiles adecuados en el momento justo. Y no solo a los viajeros sino también, como nuevo rol, al talento”.
En este sentido, recientemente se ha celebrado una mesa de debate sobre “Innovación sostenible: los destinos lideran el camino”, junto con Annakaisa Ojala, directora de Estrategia digital y Desarrollo de Business Finland dentro del marco Phocuswright Europa, autoridad líder en investigación de mercado de viajes, turismo y hostelería.
Annakaisa Ojala destaca que las pymes que se dedican al sector turístico necesitan “apoyo para su digitalización para construir sus propios canales digitales y estrategias, con el fin de conseguir más competencias en este ámbito, así como en desarrollo sostenible, más allá de ofrecer experiencias, sobre todo de cara a la recuperación”.
No cabe duda de que la digitalización es capaz de responder a los nuevos gustos y necesidades del turista de negocios. Este turista no viaja solo por trabajo, quiere saber información local y tenerlo todo a su alcance. Es contradictorio porque hoy día se puede decir que cualquier turista tiene todo a la mano gracias a las redes sociales o blog de viajes, pero hay una gran parte que “prioriza hablar con el personal del hotel”. Por ello, el personal debe estar formado y capacitado para responder a las necesidades de los clientes.
Actualmente, el turista de negocios tiene a su disposición distintos canales para sacarle el máximo provecho a su viaje empresarial: contenido audiovisual, redes sociales, campañas publicitarias, realidad virtual, opiniones, influencers
Concienciar en la sostenibilidad del destino
Si hay algo que puede hacer la digitalización es favorecer el desarrollo sostenible global del destino según Laurell. No obstante, no solo debemos confiar en la digitalización, también debemos implicar al cliente en este proceso de sostenibilidad.
En la medida que los destinos avanzan en sostenibilidad los turistas evolucionan al mismo tiempo como fruto de ese proceso de aceleración. De esta manera, hay que apostar por los modelos sostenibles en el futuro y presente.
No debemos olvidarnos de las necesidades de los clientes y de la diversificación continua que estos experimentan. Aquí es donde juega un papel fundamental el marketing turístico a la hora de innovar y asumir nuevos lineamientos.
Nos enfrentamos a un consumidor 5.0 que quiere comunicarse en todo momento y obtener información personalizada a sus necesidades sin tener que esperar mucho tiempo. Este turista “smart” es objetivo primordial del marketing digital pues la opinión que éste tenga será determinante para convertirse tanto en evangelizador o detractor de una marca.
Como ejemplo de marketing turístico podemos destacar la campaña de Turespaña: “Quédate en casa. España TeEspera”. El objetivo de esta campaña se ha centrado en sensibilizar al turista haciéndole sentir como si estuviera en su propia casa y apostando por su propio país. En tan solo 46 segundos de vídeo, Turespaña transmite confort y seguridad, algo importante a tener en cuenta en la era post pandemia en la que nos encontramos.